Por Paula Ansando. investigadora Conicet “Teatro judío”
Kirszner, un autor que ha desarrollado una poética teatral alrededor de lo judío, y que pertenece a la
nueva generación de autores que han sido un importante factor en el gran crecimiento experimentado
por el campo teatral de Buenos Aires en los últimos años.
Sebastián Kirszner (1985) forma parte de una nueva generación de dramaturgos que integran
lo que Ricardo Dubatti denomina como “Novísima dramaturgia argentina”. Se trata de autores
a quienes los une la pertenencia a una misma generación, pero cuyo común denominador reside en la
exploración de lenguajes personales, en la búsqueda de una voz propia, singular (Dubatti).
Si bien estos dramaturgos poseen una serie de experiencias compartidas, estas no los determinan ni
los apuntan en una misma dirección, sino que los impulsan a desarrollar sus propios caminos.
En la construcción de su poética, Kirszner trabaja con los materiales
judíos alejándose tanto del cliché como de los lugares comunes.
De esta forma, la obra de Sebastián Kirszner nos plantea, desde la perspectiva de una nueva
generación, la problemática identitaria, y en este sentido sus obras conectan con la pregunta
siempre presente en la dramaturgia judeo-argentina: ¿Cómo ser judío sin serlo del todo?
¿Cómo ser judío diferentemente? En la dramaturgia de Kirszner la pregunta no se responde,
ni se cierra el sentido, en tanto su obra se sitúa en la línea de lo que Jorge Dubatti caracteriza como
un teatro de estimulación, que no tiene un fin pedagógico, a la manera del teatro como escuela
para adultos, sino que plantea preguntas, preguntas y emociones que buscan crear mundo en el
espectador. Los interrogantes que plantean estas obras deberán ser entonces respondido por cada
espectador en un acto de subjetivación personal.
Consideramos que el gesto de Sebastián Kirszner de apropiarse de una temática tan
representada en la dramaturgia judeo-argentina, y ponerla en tensión y en diálogo con las
problemáticas de la sociedad argentina actual, revitaliza la polémica y el debate en torno a lo judío.
Y muestra que el judaísmo puede dejar de ser un peso una dura carga de la que las nuevas
generaciones prefieren desembarazarse cuando no se hereda, sino que se conquista, en tanto
permite que nos lo adueñemos en nuestros propios términos